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Una política para la difusión de la ciencia

Página 12, Miércoles, 16 de febrero 2011

La ciencia no es ciencia si no se comunica: en eso radica su diferencia letal con el esoterismo. Desde Córdoba nos llegan buenas nuevas, al anunciarse un posgrado en difusión de la ciencia. Más otras cosas que cuenta Tulio del Bono.

–¿El proyecto de carrera en Comunicación Pública de la Ciencia y la Tecnología en Córdoba es una realidad?

–Sí, afortunadamente es una realidad. El posgrado es uno de los primeros en su tipo en Latinoamérica, está previsto que comience en abril y el ministerio lo financia con el objetivo estratégico de fortalecer a Córdoba como polo de divulgación de la ciencia. Para eso se reunió con los principales referentes y profesores de este campo. Está cogestionado entre la Escuela de Ciencia de la Información y la Facultad de Astronomía y Matemática (Famaf) en la Universidad Nacional de Córdoba. La cursada será gratuita y podrán cursar tanto comunicadores como investigadores de diversas ramas.

–¿Cuál es el objetivo que persiguen?

–Como en muchas otras actividades que desarrollamos, apostamos a incrementar la cultura científica de la sociedad. Puntualmente advertimos que es crítico formar comunicadores, para incrementar el debate público acerca de la ciencia y para despertar vocaciones científicas. Nos apoyamos en la fuerte tradición e institucionalidad científica de Córdoba.

–¿Cuál es el perfil de la carrera?

–En los módulos iniciales brinda una fuerte introducción a la perspectiva CTS (Ciencia, Tecnología y Sociedad), sus conflictos y controversias. También hay materias teóricas fuertes como Filosofía, Historia de la Ciencia, Historia de las Instituciones de CyT en la Argentina, Sociología de la Ciencia. Luego hay un módulo electivo dedicado a amplios problemas actuales de investigación y desarrollo, allí se ve la ciencia en acción y se profundiza en distintas disciplinas que van de la química hasta la demografía y de la astronomía a la sociología o el desarrollo tecnológico. Le sigue un módulo referido al periodismo científico, en lo teórico con análisis de textos, y en lo práctico con talleres de producción concretos gráficos, audiovisuales y multimediales. También a partir de un análisis de los organismos de CyT hay una fuerte presencia de contenidos sobre planificación y estrategias de comunicación para las instituciones científicas públicas y museos.

–Luego de ser titular de la SeCyT nacional, usted puso en marcha desde Córdoba el primer Ministerio de Ciencia y Tecnología en el interior del país. ¿Cómo es esa experiencia?

–Fundacional en muchos aspectos. Pero si bien hay todavía muchas cosas por hacer, hay una buena base, contamos con masa crítica. Hemos puesto énfasis en actividades de comunicación pública de la ciencia y en la difusión en el sistema educativo. Desde la creación del ministerio, hace cuatro años, nuestra política ha sido la de integrarnos a las líneas nacionales y las convocatorias que realizamos fueron con un fuerte sentido de complementariedad, nunca de superposición de esfuerzos. Mientras desde el gobierno nacional se trabaja en un esquema horizontal de apoyo a todas las disciplinas incluso a las ciencias básicas, en Córdoba sostenemos un esquema vertical de inyección de recursos en programas focalizados. El rol del ministerio es el de fortalecer las capacidades heredadas y transformar las ventajas comparativas en ventajas competitivas. Algunas de esas ventajas son la gran densidad de estudiantes universitarios e investigadores, tenemos una buena combinación para trabajar en este campo, es una provincia con una fuerte tradición académica. Por eso, cumpliendo un viejo anhelo de nuestra comunidad, hemos creado a fines del año pasado por ley (ley provincial 9876) la carrera del investigador científico tecnológico cordobés, que en lo concreto es una carrera de tecnólogo. Así como el Conicet pone énfasis en la ciencia básica, en Córdoba, con una lógica de complementación, apuntamos a que la investigación esté orientada a la solución de problemas concretos, aprovechando las oportunidades para innovar.

–Pero competirá con el Conicet...

–No; por un lado, Córdoba es la única provincia argentina que cofinancia, junto con el Conicet, un sistema de becas para apoyar a egresados universitarios a que obtengan su grado de doctor, máximo nivel en el escalafón de investigación. Por el otro, esta nueva carrera no sólo no pretende competir con la del Conicet, cosa que sería imposible, sino que pretende complementarse fuertemente con ella. Los investigadores cordobeses serán profesionales que se especializarán, fundamentalmente, en transferir los conocimientos científicos y tecnológicos, generados en el Conicet o en cualquier otro Centro de Investigación de Argentina o del mundo, a la sociedad cordobesa en general y a su sector productivo en particular, para solucionar problemas o aprovechar oportunidades. O sea, que van a ser especialistas en innovación.

–La clave es aumentar el número de graduados y atraer y retener a los mejores talentos.

–Aspiramos a retener en nuestra provincia el talento que egresa de nuestras escuelas y universidades, y contribuir a que se dediquen por completo a su importante tarea y a su perfeccionamiento permanente. Por otro lado, ubicaremos a los integrantes de esta nueva carrera a trabajar dentro de programas y proyectos científico-tecnológicos de interés estratégico provincial. Para garantizar los máximos niveles de calidad en el trabajo, la ley prevé que el ingreso a la carrera será por riguroso concurso y que habrá periódicas evaluaciones, de las que dependerá su ascenso. Todo esto estará a cargo de una Comisión de Ingreso y Promoción, integrada por profesionales con reconocido prestigio e imparcialidad.

–¿A qué se refiere con lo de ventajas comparativas y competitivas?

–No es casual que en la actualidad tengamos una de las concentraciones más importantes del país en capacidades científicas y empresariales relacionadas con las TIC, una de las tecnologías más importantes en la actualidad y que el Estado provincial jerarquice la actividad científica desde una mirada estratégica. La ciudad de Córdoba es una de las ciudades del mundo que poseen mayor densidad de alumnos universitarios por habitante. Esta es la cuna de la primera universidad nacional y de la primera universidad privada, acá se fundó, siendo Sarmiento presidente, la primera Academia Nacional de Ciencias y el primer observatorio astronómico que tuvo el país, un megaproyecto originado en pleno siglo XIX. Córdoba fue el quinto lugar en el mundo en diseñar y construir un avión a reacción en el año 1947, y eso contribuyó a de-sarrollar una pujante industria metalmecánica y de proveedores especializados de auto y aeropartes.

–¿Cuál es el proyecto de investigación más emblemático?

–Creo que son varios... usted ya me debe haber oído decir que el Estado debe orientar la ciencia al bien común, ¿no es así?

–Sí, un montón de veces.

–Por primera vez, en el interior del país, encaramos un esfuerzo de investigación de las problemáticas del agua y el suelo.

–Tal vez el agua y el suelo no sólo sean un bien común sino una de las herencias que dejaremos a las generaciones futuras.

–Sí, este megaproyecto puede realizarse porque se han sumado, detrás de objetivos comunes, el gobierno provincial con el apoyo nacional, las instituciones científicas, y la mayor cantidad de investigadores que se haya congregado en el país para abordar temas como éstos. Trabajan más de 150 investigadores cordobeses de las universidades nacionales de Río Cuarto y de Córdoba, de la Universidad Blas Pascal y del Instituto Nacional del Agua; tendrán dos años de duración e insumirán un presupuesto del orden de los 15 millones de pesos.

–¿Qué están estudiando concretamente?

–Los principales tipos de acuíferos, su ubicación, profundidad; y en cuanto al suelo, queremos contribuir al ordenamiento territorial y predecir los impactos de la actividad humana en los principales ecosistemas. Entendemos que el sistema científico y tecnológico no puede permanecer ajeno a los problemas sociales, porque es uno de los que debe proveer información que posibilite la mejor toma de decisión estratégica y política por parte de los administradores de la cosa pública.

http://www.pagina12.com.ar/diario/ciencia/19-162418-2011-02-16.html

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