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Un año de la Asignación Universal por Hijo

Página 12- Jueves, 4 de noviembre 2010

El programa cuenta con más de 3,6 millones de chicos alcanzados, de los cuales el 62 por ciento antes no accedía a planes sociales del gobierno nacional. Crecieron la matrícula escolar y la vacunación.

“Esto no terminará con la pobreza, pero servirá como paliativo para quienes todavía no tienen trabajo”, definía Cristina Fernández de Kirchner el 29 de octubre del año pasado, día en que anunció la creación de la Asignación Universal por Hijo. El Gobierno no pudo celebrar el primer aniversario de la medida por el fallecimiento de Néstor Kirchner, aunque el reconocimiento por esa iniciativa estuvo presente entre quienes fueron a despedirlo y a brindarle su apoyo a la Presidenta. La AUH llega en la actualidad a más de 1,9 millón de hogares en todo el país, con más de 3,6 millones de chicos asistidos. El ingreso medio por hogar es de 338 pesos mensuales, a razón de 1,91 niños promedio en cada casa. El beneficio está en cabeza de las madres en un 88 por ciento de los casos. La matrícula en las escuelas secundarias creció 25 por ciento en el año, mientras que los controles de salud y vacunación aumentaron 56 por ciento y la inscripción en el Plan Nacer de cobertura médica a embarazadas y recién nacidos subió en 750 mil personas.

La AUH efectivamente no terminó con la pobreza, aunque ayudó a bajarla en un 18 por ciento entre los niños, de acuerdo con un informe que elaboró la Anses con un balance de la medida a un año de su implementación, al cual accedió Página/12. La indigencia, a su vez, se redujo en un 65 por ciento en el mismo universo. Estos datos quedan envueltos en la polémica por la medición de la inflación que hace el Indec, pero existen estimaciones similares e incluso más optimistas de parte de centros de investigación como el CEIL-Piette del Conicet, el Cedlas de la Universidad de La Plata y la delegación en la Argentina de la OIT.

Uno de los objetivos que se fijó el Gobierno con la extensión del derecho de las asignaciones familiares a desocupados, trabajadores en negro y empleadas domésticas fue tender puentes para la inclusión social. Hubo un intenso debate en un principio sobre la imposición de requisitos a los padres, como el de mandar a los hijos al colegio y cumplir con los protocolos de vacunación para seguir cobrando el beneficio. La polémica surgió porque los trabajadores formales no tienen que demostrar nada de eso para percibir las asignaciones con su salario. La evaluación que hace ahora la Anses de aquella decisión es que resultó positiva, porque se convirtió en un incentivo para las familias para acceder y demandar esos servicios.

“El ‘control’ no se vive como pérdida de autonomía, sino como una ‘obligación beneficio’. Tiene una función ordenadora, sobre todo en un sector social al que le resulta difícil autorregularse”, describe un estudio de la consultora Punto Doxa en base a entrevistas grupales (focus groups) con beneficiarios de la AUH.

De los 3.684.441 de inscriptos en la actualidad, los responsables de más de dos millones de chicos ya presentaron las libretas con los certificados de vacunación y escolaridad ante las oficinas de la Anses. De esos dos millones, el organismo de la seguridad social ya pagó los retroactivos a 1,8 millón de niños, por un total de 240 millones de pesos. Los retroactivos surgen de la retención del 20 por ciento del subsidio por parte de la Anses hasta corroborar el cumplimiento de aquellas obligaciones. Hasta agosto, la AUH eran 180 pesos por mes por hijo, de los cuales los titulares recibían 144 pesos –y la diferencia al presentar la libreta–, mientras que desde septiembre son 220 pesos y los titulares cobran en principio 176.

Un dato sobresaliente del informe oficial es que el 62 por ciento de los chicos no percibían planes sociales nacionales antes de la creación de la AUH. Son 2.284.353 de menores de 18 años que pasaron a tener cobertura del gobierno federal. “Hay un beneficio emocional, un plus de gratificación frente a los hijos al poder satisfacer necesidades y demandas, como la compra de útiles escolares o zapatillas”, explica el documento de Punto Doxa. El 27 por ciento de los beneficiarios ya venía cobrando algún plan social del Ministerio de Desarrollo, en tanto que otro 11 por ciento tenía ingresos de programas del Ministerio de Trabajo.

La AUH llega a 1.927.310 hogares en todo el país. En Buenos Aires reside el 34 por ciento de los beneficiarios (673 mil hogares y 1,2 millón de chicos), provincia seguida por Córdoba con 155 mil hogares y 295 mil chicos, Santa Fe (152 mil y 295 mil), Tucumán (91 mil y 176 mil) y Chaco (84 mil y 168 mil). En la ciudad de Buenos Aires hay 66 mil hogares y 117 mil niños alcanzados. En total, los 3,6 millones de inscriptos representan el 9,1 por ciento de la población total del país, con datos del censo 2001.

http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-156248-2010-11-04.html

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