JUNÍN– Junín es uno de los primeros municipios de Cuyo que saben qué hacer con su basura. En el marco de un plan piloto que involucra a dos barrios desde hace tres meses, ayer se firmó un convenio con una empresa de Paraná para reciclar las botellas plásticas del departamento y convertirlas en bancos y juegos de plazas, pérgolas y hasta mobiliario escolar. La Comuna se encargará de recolectar, compactar y enviar esos residuos, y a cambio la empresa enviará productos construidos con el mismo plástico. “Es un convenio en donde el costo es cero para ambas partes”, dijo el intendente Mario Abed.

“No somos conscientes de que cuando vamos a comprar un producto en realidad estamos adquiriendo un residuo con un contenido. Cuando ese contenido se termina, cada uno toma la decisión individual de transformar el residuo en basura o en algo reutilizable”. Así definió Javier Levy lo que es hoy el principal problema de la humanidad. Levy representó ayer a la empresa Quanta y a la fundación homónima, que se dedican desde hace dos décadas al reciclado de plástico y la fabricación de elementos útiles con el material obtenido de ese proceso de reciclado.

La mecánica no es compleja. Todo el sistema es simple y práctico. Los vecinos de Junín juntan las botellas, seleccionadas por tipo y color. Luego, la Comuna las recolecta, las traslada a una planta de procesamiento y las compacta en enormes cubos. Después, éstos se llevan a la planta fabril de Quanta, ubicada en el Parque Industrial General Manuel Belgrano, en Paraná. Allí, los cubos se procesan y el plástico se vuelve a transformar en materia prima para la fabricación de múltiples artefactos de mucha resistencia y durabilidad que, como contraprestación del material, regresan a Junín en bancos y juegos de plazas, pérgolas, canastos de residuos y, también, pupitres escolares.

“La empresa lo que hace es transformar, pero quien toma la decisión de reciclar es el ciudadano, y ésa es la fortaleza del programa y de esto depende su éxito”, dijo Levy, hijo del fundador de la fábrica. Por eso, el convenio firmado ayer no es sólo un listado de cláusulas comerciales, sino un proyecto integral que contempla la forma en que la comunidad incorpore el concepto de reciclaje.

Para eso se empezará por el material más maleable: niños y jóvenes.

“Comenzamos a trabajar desde ahora, pero estaremos lanzados de lleno en marzo, cuando comiencen las clases, porque los alumnos de Junín son la pieza clave en todo esto”, dijo Abed.

El programa se llama Junín Punto Limpio y lo que se hará por primera vez en un municipio cuyano ya se ha experimentado con éxito en otras ciudades del país. Increíblemente, pese a la gran distancia, la austral Ushuaia es una en la que mayor actividad ha tenido Quanta.

“El área comercial de Quanta ha desarrollado una forma novedosa, original y muy conveniente de interacción entre los municipios, la sociedad, sus organizaciones y nuestra empresa, a través del uso de los residuos plásticos ordenadamente colectados y su transformación en mobiliario, que refuerza notablemente las campañas educativas y de concientización para el cuidado del medio ambiente”, explica la compañía desde su sitio web: www.quantaargentina.com.ar.

“En 2015 queremos lograr el objetivo de ‘Junín limpia’ y que esto no sea un eslogan, sino una realidad”, dijo ayer Abed.