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“Por lo que hicimos, somos motivo de orgullo”

Página 12 - Jueves 18 de octubre de 2012

El ex presidente brasileño destacó la cercanía del proceso político y económico de su país con el que se da aquí desde 2003. “Argentina sigue siendo el más importante socio comercial de Brasil en América latina”, aclaró.

“En Brasil, junto con Dilma (Roussef), y en Argentina, Néstor y Cristina (Kirchner), hicimos más que los otros presidentes en los últimos cincuenta años. Y hoy somos motivo de orgullo”, aseguró el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva ante más de 800 empresarios que se dieron cita en el Coloquio de IDEA que se desarrolla hasta mañana en esta ciudad. El mandatario sostuvo que comparte con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner “muchos ideales y una profunda amistad”, a partir de la cual –aseguró– expuso sus ideas como si estuviese “en casa, con viejos y buenos amigos”. Lula, el plato fuerte del Coloquio, se focalizó en la necesidad de articular lo público y lo privado, pero también entre empresarios de ambos países. Criticó a los organismos de crédito multilaterales y a las calificadoras por la falta de respuesta a la crisis y la arrogancia para reconocer que se quedaron sin soluciones para los países centrales.

La presencia del carismático Lula convocó a un número record de asistentes en los coloquios de la institución empresaria. No sólo repercutió en el número. Se inscribieron 900 empresarios, de los cuales 800 acudieron ayer a la cena de inauguración. También se dio el hecho de que dos de cada cinco anotados fuesen presidentes o principales directivos de empresa, algo que no sucedía hace varios años, siendo ocupadas las sillas por las segundas líneas. Además, hubo record de apoyo por parte de las empresas para la concreción del evento, según anunció el presidente de IDEA, Miguel Blanco. “Fue mi primera visita de la región como presidente, y es la primera después de mi tratamiento contra el cáncer”, señaló Lula para mostrar su cercanía con el país.

Su arribo generó una fuerte ovación, que se repetía con cada una de sus palabras. Pero los aplausos fueron menguando frente a un discurso en el que Lula se encargó de dejar en claro las semejanzas –y no las diferencias– entre el proceso brasileño y el argentino. “Antes presentábamos el pasaporte y pensaban que éramos traficantes. Después de diez años un brasileño o un argentino muestra su pasaporte y es recibido con respeto. Pronto nos pedirán que le demos como segunda ciudadanía la del Mercosur”, señaló Lula, ante el gesto serio de algunos empresarios que, no obstante, no se animaban a emitir juicio frente a quien consideran un estadista. De inmediato marcó diferencias respecto de algunos antecesores: “Recuerdo a Cardoso y a Menem competir para ver quien era más amigo de Estados Unidos y todos los fines de año había que viajar allí para pagar su cuenta. Ningún hombre ni ser humano puede ser respetado si no se respeta a sí mismo”.

La consigna del Coloquio es el desarrollo sustentable, y sobre este tema buscó primero ahondar en las oportunidades y desafíos que deja la actual crisis global, la cual, apuntó, “nació en los países más ricos por no estar regulado por los gobierno de estos países”. Criticó también las medidas de salvataje lanzadas por los gobiernos centrales, que se focalizaron en los bancos y se olvidaron de los trabajadores. “Las medidas utilizadas sólo van a complicar la salida de la crisis”, agregó. En este sentido, se refirió al rol de los organismos multilaterales de crédito y a las calificadoras. “Hasta 2008 las instituciones multilaterales decían que sabían todo cuando la crisis era en Argentina, Brasil o México. Pero ahora no saben nada cuando es en Estados Unidos o Europa. Incluso, los bancos que hacían previsiones sobre el riesgo de Brasil, Argentina o México no sabían una semana antes que sus propios bancos estaban quebrando porque habían hecho una política financiera desastrosa. Estas instituciones tan arrogantes deberían preguntarnos a nosotros como hicimos para evitar el desempleo y ayudar a los más pobres. Hay que ser más humildes”, reclamó.

Con la autoridad de ser un consultor de culto, Lula recordó que su gobierno buscó evitar “los dogmas y la ortodoxia”. “La idea de primero crecer y luego distribuir es lo que descartamos. El objetivo fue crecer y distribuir al mismo tiempo. Ese objetivo lo seguimos buscando. Lo importante es que el Estado regule en la medida apropiada para que las empresas puedan prosperar”, detalló. En otro tramo de su discurso se refirió, en un tiro por elevación, a los medios periodísticos: “Algunos no lo dicen, así que lo voy a divulgar para que lo cuenten: Argentina sigue siendo el más importante socio comercial de Brasil en América latina”, en referencia a las elucubraciones de que las relaciones entre ambos países están rotas.

Por último, se focalizó en la relación entre Argentina y Brasil. “Juntos tenemos un horizonte repleto de oportunidades. La asociación entre empresarios argentinos y brasileños, el diálogo permanente y la alianza entre presidentas y gobiernos puede traer más oportunidades para la región y los países”, apuntó. El ex líder sindical sostuvo que “nunca hubo tanta amistad entre ambos pueblos”, salvo cuando se trata de fútbol. “Nuestro comercio pasó de 7000 millones de dólares en 2003 a 40.000 millones en 2010 y, a pesar de los efectos de la crisis sobre nuestras economías, el flujo comercial debe presentar este año el segundo intercambio histórico, de 35.000 millones de dólares”, previó Lula. “Eso sí, ni se les ocurra ganarnos el mundial en Brasil. Nos lo hizo Uruguay, pero a la Argentina no se lo perdonaremos”, bromeó.

Lula señaló la necesidad de modernizar la infraestructura de la región para la asociación entre empresarios argentinos y brasileños. “Las empresas argentinas siempre serán muy bienvenidas en Brasil. ¿Qué sería la Argentina sin Brasil y Brasil sin Argentina. Si los empresarios lo piensan así se podrá ejecutar este nuevo modelo de desarrollo y en los próximos diez años seremos mucho más fuertes”, concluyó. Luego se dirigió a la mesa principal donde lo esperaban el presidente del 48 Coloquio de IDEA, Ignacio Stegmann; el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota; de Salta, Juan Manuel Urtubey; y el empresario Enrique Pescarmona. Se guardó un lugar para el gobernador bonaerense Daniel Scioli. En la mesa contigua se encontraba el líder de la CGT Azopardo, Hugo Moyano, más cerca de los empresarios que de Lula.

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