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Habrá dinero para el cambio climático

Los Andes - Jueves 31 de julio de 2014

Mendoza invertirá casi 2 millones de dólares en cuatro años para investigar científicamente los recursos de agua y mejorar el riego agrícola. El objetivo es adaptarse a una nueva situación ambiental: hay menos nevadas en la montaña pero más lluvias en el llano.

La creciente problemática del cambio climático ha encendido en todo el planeta una luz roja de alarma. Las consecuencias se están evidenciando desde hace años, así como también la necesidad de adaptarse y modificar ciertos hábitos y de reencauzar investigaciones.

Por esta razón es que Mendoza invertirá 1,8 millón de dólares durante los próximos cuatro años con la idea de reducir la vulnerabilidad de la provincia ante este fenómeno, buscando aprovechar al máximo el agua.

El Programa de Adaptación a las Consecuencias del Cambio Climático en el Sistema Hídrico de Cuyo ya está en marcha, depende del Ministerio de Tierras, Ambiente y Recursos Naturales y lo financian el BID (un millón y medio de dólares) y el Gobierno (300.000 dólares).

Los fondos se destinarán al Departamento General de Irrigación, al Instituto Argentino de Investigaciones de Zonas Áridas (Iadiza) y al Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (Ianigla), quienes lo invertirán en nuevas estaciones hidro-nivo-meteorológicas, pruebas pilotos para medir erosión y aprovechamiento del agua en distintas regiones, así como también en experiencias piloto con productores.

Este anuncio fue efectuado en el contexto del Encuentro de Cambio Climático que comenzó ayer y se extenderá hasta hoy en la provincia. Entre otras conclusiones, los especialistas que participaron, destacaron y celebraron que se esté dando más aprovechamiento al agua de las precipitaciones en el llano. Es que, mientras que las nevadas en alta montaña han perdido intensidad, las lluvias en la planicie se han intensificado.

Cuencas y cauces

Gustavo Agüero, jefe de gabinete del Ministerio de Tierras, Ambiente y Recursos Naturales, indicó que ya están elaborando los convenios con los tres organismos que intervendrán, por lo que estimó que en setiembre podrían a empezar a ejecutarse esos fondos.

“El objetivo principal del programa es reducir la vulnerabilidad de Mendoza por medio del aumento de la capacidad adaptativa en el sector hídrico”, resaltó Agüero, repasando el convenio.

“Uno de los ítems que se ha contemplado es invertir en nuevas estaciones hidro-nivo-meteorológica para alta montaña, en la cuenca norte. Serán de gran utilidad para obtener datos sobre las cuencas que allí se encuentran. Además contempla dinero para generar un sistema de seguimiento y medición en función al comportamiento de los cauces”, destacó el funcionario.

También está previsto que con esos fondos se trabaje en el fortalecimiento institucional para gestionar y hacer un seguimiento del cambio climático.

Otra de las patas del programa apunta a la ejecución de pruebas piloto, tanto para probar en lugares específicos como contrarrestar los niveles de erosión de la tierra, como también para trabajar con productores mendocinos.

El 8 y 9 de setiembre Mendoza también será la sede del Encuentro Latinoamericano de Cambio Climático y Finanzas, recibiendo a representantes de América Latina. Este evento será de gran relevancia, ya que aquí se decidirá la postura con que América Latina irá al Cop 20 (en Lima, en diciembre).

Cambio de paradigma

“Es importante que se empiece a aprovechar la precipitación en el llano, porque cada vez llueve más acá, al tiempo que precipita menos en la montaña. El tema es que todo el desarrollo de Mendoza se pensó para el aprovechamiento del uso del agua de cordillera. Pero eso ha cambiado en el último tiempo", destacó Ricardo Villalba, director del Ianigla y uno de los oradores de la primera jornada del encuentro sobre cambio climático. De hecho, el propio Villalba sostuvo que los caudales de los ríos mendocinos disminuirán entre 5% y 13% haciendo una proyección a futuro.

Mario Salomón, de Irrigación, también se refirió a este cambio e indicó que están empezando a trabajar con la idea de aprovechar el agua que se pierde en el llano. “Estamos recurriendo a fuentes alternativas. Vamos a hacer que el reúso del agua que se destina a distintas cosas sea una política importante. Un ejemplo de esto es el sobrante de la depuración de las plantas potabilizadoras”, indicó Salomón, quien destacó que las consecuencias del cambio climático están presentes desde hace muchos años en el sistema de administración hídrica.

A la política de reúso se suma el plan de reservorios que el DGI tiene planificado para distintos puntos de la provincia. Se trataría de 15 estanques en los que se almacenará el agua de lluvia o de los cupos de riego que no fueron utilizados, y se complementan con métodos alternativos de revestimiento de canales (por ejemplo, el concreto asfáltico).

“Estamos midiendo todos los acuíferos subterráneos para controlar mejor el uso de ese recurso. Los productores podrán anotarse por turnos con sus demandas y ahí Irrigación determinará las prioridades (los proyectos productivos tendrán prioridad). Los pequeños y medianos productores podrán presentar sus pedidos sin turno”, explicó Salomón, agregando que por primera vez desde 1916 se ha hecho un balance hídrico en las cuencas mendocinas. Esto permitirá conocer la disponibilidad de cada caudal. “Estamos trabajando con la planificación de la demanda”, sentenció.

Si hay un sector donde ya se están viendo las ventajas de este cambio de concepción para administrar el agua, son los humedales.

A raíz de las intensas lluvias registradas el pasado verano -a lo que se suman tareas de Irrigación en las napas freáticas de la zona y trabajos en el arroyo Tulumaya-, ese humedal y el de Guanacache tuvieron un importante resurgir tras varios años de sequía.

“Los humedales son muy importantes y tienen un comportamiento bastante interesante. Con un poquito de agua pasan de tierra seca a un elemento fundamental que aporta a la biodiversidad. Renace todo allí y a su alrededor”, destacó Elena Abraham, del Iadiza, durante su exposición de ayer sobre desertificación y tierras secas.

La investigadora destacó que con el agua que llegó durante los últimos meses a Guanacache se logró mucho. “Con el agua, en el lugar, aparece toda su magnífica diversidad. Aparecen aves, mamíferos, especies. Yo estoy convencida de que tenemos muchos más recursos de los que creemos”, sintetizó posteriormente.

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