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Estudian el flagelo del trabajo infantil en hornos de ladrillo

Uno - Martes 20 de noviembre de 2012

Entre otros datos, surgió que el 25% de los chicos que concurren a escuelas de El Algarrobal trabaja. El índice de repitencia, del 17%, es alarmante respecto del 8% de la media provincial.

El Algarrobal es el distrito de Las Heras en el que se emplaza la mayor cantidad de hornos de ladrillos de la provincia: 180 de los 380 que existen en total.

En esta zona, el 25% del total de los niños que asisten a las escuelas primarias de la zona trabaja. Esto, según una investigación denominada “Trabajo infantil y adolescente en los hornos de ladrillos de Las Heras, provincia de Mendoza”, propuesta por el Ministerio de Trabajo de Nación, la subsecretaría de Trabajo de Mendoza, y financiada por la OIT, con la colaboración de Unicef. Además, el trabajo fue apoyado por la organización VALOS y contó con el auspicio de UNO Medios.

Si bien el estudio no especifica la cantidad de niños y niñas que trabajan, el dato puede determinarse si se tiene en cuenta que en este lugar funcionan cuatro escuelas primarias, con un total de 1.940 alumnos. El 25% de esta matrícula equivale a 485 alumnos, y la mayoría desempeñan tareas en la industria ladrillera.

Según explicó la directora de Empleo de la Subsecretaría de Trabajo de la Provincia, Dora Balada, quienes aportaron esta información fueron las directoras y directores de las escuelas, a quienes les agradeció por su valiente aporte para realizar la investigación.

Otro dato alarmante es el del nivel de repitencia: mientras el general de la provincia es de 8%, en estas escuelas trepa al 17%. Esto es porque los chicos van cansados a la escuela, y en malas condiciones físicas, sufren graves problemas de salud por la sacrificada actividad que ejercen, inadecuada para su edad.

Como valor agregado del trabajo realizado, Balada destacó que es uno de los pocos que ha identificado la cadena de valor del ladrillo, que demuestra la precarización del trabajo: de cada mil ladrillos, la familia que los produce se queda con 200, de muy baja calidad. Esto equivale a $200. El resto se lo reparten el 50% los 15 arrendatarios de tierras de la zona y el 30% aquellos que proveen los insumos.

Tecnologizar

Balada señaló que una de las deudas que el Estado tiene ante esta situación es la de tecnificar la fabricación de ladrillos, ya que mientras más artesanal es el sistema, más personal requiere, por eso las familias terminan incluyendo a los niños y niñas en la actividad laboral. Es que la producción ladrillera no requiere mano de obra especializada.

El estudio se realizó entre junio y noviembre de 2011, y se relevó que en la zona viven 2.200 personas de la actividad ladrillera. El 90% de las familias son de origen boliviano y el 96% de los niños de estas familias nacieron en Argentina.

En la presentación del trabajo, realizada en el CICUNC, participaron, entre otros, el subsecretario de Trabajo de la Provincia, Ariel Pringles, y la subsecretaria de Programación Técnica y Estudios Laborales del Ministerio de Trabajo de la Nación, Martha Novick.

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