ENTREVISTAS // Desarrollo humano y cultura

“Necesitamos volver a reconstruir políticas de derechos”

- ¿Cuáles son las principales características del proceso que está viviendo nuestro país en cuanto al acceso al suelo y el acceso a una vivienda?

El tema es que pasamos por un momento de paradoja en que la economía está creciendo. Hemos crecido varios años seguidos a tasas importantes de crecimiento; pero eso ha elevado como pocas cosas el valor del suelo. Éste se ha incrementado por encima de los valores normales de crecimiento y ha generado un altísimo proceso especulativo. Ahora un poco las restricciones del dólar y la desdolarización del mercado han parado un poco eso, pero el proceso había sido muy fuerte. Y este proceso evidentemente ha repercutido muy fuerte en clases medias sobre todo y clases medias-bajas y en los sectores sociales de más bajos ingresos, sectores populares ya sea en las posibilidades de comprar en el mercado formal un lotecito, una casita y hacerse la casa o construir o lo que fuera e incluso alquilar. Entonces esa demanda se ha traducido o ha pasado a asentamientos informales, a lo que llamamos el mercado informal, o sea transacciones en las que no hay contrato no hay nada, son de persona, y también a un crecimiento especulativo de la villa. El crecimiento de la villa básicamente ha capturado toda la nueva población que llega a las ciudades o los hijos de los antiguos pobladores. Esta es la gran paradoja, estamos mejor en términos económicos incluso en términos sociales, hay una asignación universal por hijo, hay una serie de mejoras  de políticas sociales pero el tema del suelo es crítico.

- ¿Con qué herramientas se cuenta para atacar justamente esta especulación inmobiliaria en torno al suelo y la vivienda?

Lo primero sería entender ese proceso, analizarlo, estudiarlo de parte de quienes toman decisiones. Porque el Estado no entendiendo eso ha tomado decisiones, por ejemplo, construcciones de vivienda que han sido grandes inversiones públicas que han valorizado más el suelo que toda la obra de infraestructura. El Estado ha sido bobo en eso, no ha recuperado nada de esa plusvalía y es todo inversión pública. Entonces, con otro tipo de políticas: primero, teniendo presentes esta cuestión, segundo sabiendo cómo funciona, y tercero organizando un equipo de trabajo, una estructura política o también un paquete de ordenanzas o de disposiciones legislativas. Se puede atacar eso y de alguna manera el Estado dialoga, no pone plata a lo bobo sino que pone plata pero recupera y tiene más fondos para repartir. También aminora la especulación o la elimina, la disminuye mucho. De este modo, no es el mismo Estado también prisionero de los aumentos incesantes de precios porque si no termina pagando muy caro el suelo el propio Estado también.

- ¿Cuáles son las perspectivas a largo plazo en cuanto a esta temática en Argentina?

Hoy estamos trabajando para una legislación a mediano y largo plazo. Los que trabajamos en estos temas con muchas organizaciones sociales estamos integrando un espacio que se llama “Habitar Argentina”, con sede en el Senado. Allí hemos articulado con los equipos técnicos de varios senadores y diputados para formular un paquete de leyes que aborden esta cuestión.  Abordar el problema de la regularización del suelo es un tema critico que requiere se incorporen cuestiones más circunstanciales como frenar desalojos o generar derechos en relación a los desalojos para poder ver después la posibilidad de urbanizar villas, una ley general de ordenamiento territorial y actualizar la ley de vivienda. En esa línea estamos trabajando en Habitar Argentina. También hay un proyecto de ley de alquileres, que nos ha costado ya con el sólo enunciado, una ley que protege más a los inquilinos que a los propietarios. En relación a esto ya nos sacaron 4 tapas en el diario La Nación con lo cual hemos contestado los más horrorosos insultos por eso; y simplemente estamos tratando de protegen un poco derechos. Es decir, necesitamos pensar políticas que no sean sólo de lo presupuestario, la ejecución de obras sino de los derechos, volver a reconstruir políticas de derechos. En el gobierno de Perón se había esbozado, en algunos gobiernos provinciales se mantuvo pero en general lo hemos perdido y necesitamos recuperar urgente una política basada en derechos.

- ¿Cuál es la situación de Mendoza en relación a otras provincias?

Yo no conozco tan claro Mendoza pero conozco algunas cosas y creo que son más o menos el promedio de lo que ocurre en el país. Creo que en Mendoza este problema del suelo se ha agravado mucho más por el “boom” del vino y del turismo internacional. Se ha colocado hasta el suelo agrario en valores imposibles entonces eso tiende a generar más segregación y discriminación  en el espacio de distintas poblaciones, eso hay que tenerlo presente. Semejantes inversiones producen una cantidad importante de ganancias extraordinarias. Con sólo generar instrumentos de recuperación de plusvalías, hasta en Estados Unidos se hacen el 80% del financiamiento de los municipios proviene de recuperación de plusvalías. En el seno del capitalismo se hace esto. Con sólo recuperar esas plusvalías de esas valorizaciones del suelo se podría hacer obra pública o políticas para toda la carencia que hay en Mendoza. Es así, porque no es que Mendoza sea todo pobre tiene tremenda riqueza en ciertos sectores y tremendas afluencias de capital. Esa es la verdad.

- ¿Cómo ha influido el plan PROCREAR?

El PROCREAR es una salida a la crisis del suelo. Cuando nosotros hace unos tres o cuatro años, desde estos espacios como Habitar Argentina decíamos: ‘el Estado está construyendo viviendas pero no está atacando el problema del suelo’, y eso se volvió un problema para la construcción de viviendas, se empantanó de alguna manera por no poder resolver el tema del suelo. Bueno el PROCREAR viene a generar una salida. Si uno mira en la historia de la política de vivienda Argentina pasa: el Estado construye viviendas pero no había recuperado los instrumentos de financiamiento. El rol que tuvo el Hipotecario por más de 50 años fue muy importante en otras épocas, en la década del 50, 60, 70 el banco era todo, prestaba la mayoría de los créditos a clases medias y medias bajas. El Estado hacia vivienda y se hacía con plata del banco Hipotecario. Ahora se hacen viviendas que van a pagarse en algunos casos casi a fondos perdidos, con valores bajos, a veces no se sabe muy bien como es el recobro, etc. y el PROCREAR viene a reconstruir la posibilidad. Ustedes vieron que tuvo un éxito inmediato, era evidente que había una necesidad y eso fue una cuestión positiva. Y lo otro que tiene el PROCREAR es que aporta suelo que no es una cuestión menor. Está aportando suelo que el Estado tenía vacante muy bien localizados que habían quedado, de ferrocarriles que se habían desmantelado, o Entes del Estado que tenían suelo.  Ahora eso es muy bueno entonces el Estado larga el PROCREAR aportando suelo y aportando crédito. Pero el tema del suelo tiene un límite, ahora aportas el suelo pero después hay que ver como movilizas ese suelo que está en el mercado.